El 20% de la población vive en el 80% del territorio
El despoblamiento es un grave problema que tiene multitud de consecuencias negativas tanto para los municipios que pierden población como para los grandes núcleos urbanos que la reciben.
La principal consecuencia negativa para los pueblos en proceso de despoblación es la pérdida de calidad de vida ya que los ciudadanos ven cómo se van reduciendo los servicios básicos como la sanidad, la educación y
la alimentación, entre otros.
Además esta pérdida de población también implica que los comercios y empresas locales sean mucho menos rentables y, por lo tanto, en muchas ocasiones,
se vean obligadas a cerrar sus puertas lo que lleva al municipio a una gran pérdida del dinamismo económico, obligando a las personas a tener que ir a
buscar empleo a las ciudades, hecho que hace incrementar ese proceso de despoblación.
Estancarse tecnológicamente significa quedarse atrás y perder oportunidades
La distancia tecnológica existente entre los municipios más grandes y los municipios en riesgo de despoblación aceleran el ritmo de despoblamiento.
La tecnología ofrece nuevas formas de hacer las cosas, simplificándonos la vida y optimizando procesos que antes requerían mucho más esfuerzo.